señor, señor

viernes, 4 de octubre de 2019

CARTA A UN VOTANTE DE IZQUIERDAS

Estimado votante,

Me refiero a usted. Ese que se siente defraudado ante cualquier engaño político. Aquel que se frustra, se desencanta y se enfada cuando su ideología se ve menoscabada por el político que se supone le representa. El que usa su abstención como protesta. Porque le duele el engaño y quiere castigar la traición (el votante de izquierdas, normalmente, tiende a cansarse de la política cuando le defrauda). A usted me refiero en esta carta, porque, aunque no lo sepa, su voto es vital.

Sepa usted que su castigo materializado en ausencia de voto, alegra al otro extremo, le abre puertas a su contrincante y empobrece su ideología. Porque es usted importante. Puede parecerle sorprendente, pero piénselo detenidamente: su abstención suma a la derecha. Esa que usted no votaría. Y si no me cree, contemple el sosiego en las declaraciones de Díaz de Ayuso celebrando la disgregación de la izquierda con Más País de Errejón y Unidas Podemos de Iglesias, pensando que resta y no suma. Escuche la falsa premisa de la derecha, asumiendo que el botín se hace más grande cuanto más enfado de izquierdas haya y más deseo de castigo. Y más abstención. Mire con incedulidad el uso de la palabra "crisis" para utilizar la misma cansina retaila de siempre: la derecha nos sacará de la crisis, porque la izquierda la provoca. Observe ese talante de centro que ahora se presta, cuando antes había girado a la derecha. Porque creen que usted, que está cansado de ver a parte de la izquierda incapaz de formar gobierno, puede sumarse a un falso centro. Es, en bastantes ocasiones, costumbre de la derecha practicar la indiferencia, mientras que es característica de la izquierda protestar y castigar con la ausencia. Por eso le pido que esta vez no se ausente del voto y se presente con la convicción que le mueve a la izquierda. 

No le pido que no exija responsabilidades. Ni se me ocurriría obligarle a rechazar su enfado. Lo que le solicito es que vote para que su frustración no sea el alimento de la indiferencia. Hágalo para demostrar que la disgregación de su ideología no es motivo de un giro inesperado o de la abstención. Hágalo para que su contrario no se frote las manos. Salga a votar para que dejen de sacar rédito político de su deseo de justicia. 

Para ello, le voy a contar la historia que mis oídos y ojos contemplaron este verano. Mi opinión. Con varios actores: 

https://bit.ly/2myrwdm
- El protagonista, Pedro Sánchez, queriendo formar gobierno en solitario. Con la mayoría de la que presumía y no servía, aunque disimulando de soslayo con palabras de coalición. Estaba claro que los barones, las empresas colaboradoras y otros agentes interesados no iban a dejarle, pero había que disfrazarse de negociador para no alarmar a la familia de izquierdas que le habían hecho protagonista. Recordemos que la última vez que no tuvo en cuenta a los barones, tuvo que recorrer España para recordarles su poder de persuasión del votante, muy importante para ellos.

https://bit.ly/2nNpPt7
 - El actor secundario, Pablo Iglesias, pensando que podía acceder al papel de coprotagonista para poder escribir algo de guión. Pensó que, consiguiendo papeles importantes dentro de la peli, podría realizar los cambios promulgados a sus bases. No calculó bien hasta donde le iban a dejar llegar. Tampoco midió que el guión le iba a denegar la negociación incluso a la desesperada. Pensó que el disfraz del protagonista era real y le patinó el instinto al imaginar el cambio. Ahora se enfrenta a sus votantes enfadados por no haber aceptado un mini papel, que no le hubiese permitido hacer mucho, pero que hubiese evitado la imagen de soberbio que la prensa le atribuye.
https://bit.ly/2Wa0N37
- El enemigo en la sombra, Pablo Casado, que trata de ensuciar al actor secundario y al protagonista para usurpar un papel relevante que no le corresponde. Véase a éste acudiendo a eventos sociales para cuchichear, esparcir y diseñar estrategias que ensucien al resto. Se habla de la suciedad contraria para que no se mencione la propia (episodios de corrupción, jueces adeptos puestos a criterio, borrados de discos duros etc). Este actor tiende a invitar a café al protagonista del capítulo y a desacreditarlo, cuando le conviene apoyar al personaje comodín (véase a continuación).

https://bit.ly/2pmG7JZ
- El personaje comodín, Albert Rivera, que gira a la derecha susurrando en la sombra cuando ve que puede ganar adeptos de allí y toma el papel de salvador centrista, cuando ve que el guión no va a tener un final feliz para él. Piensa que su papel es relevante para la historia y va girando y modificando su color de acuerdo a su beneficio propio. Tacha de incoherentes e incapaces al resto, pero no ve sus propios errores. Algunos afirman que se escoró a derechas demasiado pronto, pensando que iba a comer votos al PP y no al contrario. Error de medición que ahora le impide meterse en el centro de nuevo, aunque lo intenta.

En esta historia, Pablo Iglesias pensó que su papel era tan importante como para negociar con Pedro Sánchez un hueco de relevancia a su lado durante esta legislatura. En su mente se dibujó la posibilidad de poder intervenir con sus políticas en estamentos importantes y poder demostrar a sus votantes que iba a ser capaz de liderar el cambio Por ese motivo, cuando se le dió una vicepresidencia y tres ministerios (algunos de nueva creación y otro con las competencias cedidas), que no coordinaba con su idea de intervención, lo rechazó.

Muchos critican su postura acusándole de soberbio. Hoy le culpan de haber perdido la oportunidad de gobernar. Esta idea está apoyada por las declaraciones en septiembre de Unidas Podemos indicando que sí aceptaría la propuesta de julio. Pero ¿por qué ahora el PSOE rechaza la afirmativa a un pacto que él mismo dibujó? Porque los números a futuro le indican que puede conseguir más votantes para no necesitar a nadie. Mide las heridas de Unidas Podemos, tras acusarles de ser ellos los que impidieron un gobierno progresista, y saca la aspiradora de absorber sus votantes.

Lo que no calcula, es que los votantes de UP se acuerdan de cuando intentó crear gobierno con Rivera, declarado de derechas y arrimado al PP, y no pudieron porque UP no podía apoyar un gobierno contrario a sus ideas. Lo que se llama ética o convicción de ideas. Sánchez quería dar la imagen de pacto con el centro, pero Rivera ya había girado uniendo sus fuerzas con VOX y PP.

Otros recuerdan que con los tres ministerios ofrecidos a Unidas Podemos, no iban a poder aplicar sus políticas con trascendencia y que luchaban por hacer realidad el cambio del que hablaban en campaña. Iglesias incluso se retiró, tal y como solicitó Sánchez, para desbloquear la coalición, pero tampoco sirvió. Estaba claro que al PSOE le interesaba gobernar con el apoyo de Unidas Podemos, pero sin darles demasiado espacio de intervención, para acallar las voces críticas de los barones con respecto al pacto. Parece que la parte de UP que hubiera aceptado el mini papel en el gobierno, ahora aparece a nivel nacional dicen que por responsabilidad, aunque algunos les tildan de irresponsables. Y así surge Más País, el nuevo actor de esta película, que quiere ser abanderado del centro. Es decisión del votante ver la historia y sacar sus conclusiones. Lo importante es votar guardando la ética de las ideas. Recordemos que podemos criticar el gobierno bipartidista de PP y PSOE, pero nada podemos decir del resto, porque nunca les han dejado. No olvidemos que quien ahora se vende al centro, dió su apoyo a la derecha y la extrema derecha. Recordemos los errores, quienes los aceptan y los asumen y quienes se empeñan en guardar la imagen.

El capítulo preelectoral, estimado votante, ya lo sabe. Ahora el protagonista de esta historia es usted. El papel más importante es el de los frustrados, enfadados y abstencionistas. Todos quieren llevárselos asomándose al centro o esperan que se queden en sus casas, para que su cansancio les beneficie.
https://bit.ly/2CTKKAP

Lo que hay que demostrar es que, pese a los obstáculos, a la mala gestión de la negociación y a la frustración entre dimes y diretes, la izquierda se movilizará y pedirá un gobierno progresista que defienda sus derechos. El inmovilismo será algo que prevén y que no tendrán, porque no se lo daremos. Esta es nuestra era.