COCIDO MADRILEÑO CON PAN TUMACA

Queridos ciudadanos,

Creo en la libertad de expresión. Pienso que el Estado debería de facilitar un medio para que Cataluña pueda manifestar su opinión acerca de lo que desean ser, pero sobre la base de un cambio en la Constitución, que no es inamovible, como se nos quiere hacer entender. No como se ha hecho. No diciendo a los catalanes que no pasaba nada por ir a votar en un referéndum convocado fuera de la ley. Y no. No quiero la independencia de Cataluña, por si hay alguna duda. 

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Contemplando la consulta, por llamarlo de otra forma, Manuela Carmena tenía razón al decir que una sola pregunta acota mucho las posibilidades que existen. Ahora, tal y como está la situación, quizás se deberían contemplar más escenarios a parte de la independencia. Entiendo que para que se lleve a cabo, se debe contar con los medios adecuados y la información veraz y fundamentada de cada una de las opciones. Campañas del Sí y del No o de cada alternativa. Lo que se llama hacer política en democracia.

En este sentido, me gustaría hacer una pausa aquí para analizar un par de puntos, para no hacerlo muy extenso, de la Ley de Transitoriedad Jurídica del propuesto Estado catalán:

1.- Se negociará la deuda con España: Para entender mejor este dinero que se quiere negociar, he tratado de buscar las cantidades para ver de qué estamos hablando. "De los 76.727 millones de deuda que tiene Cataluña, 52.499 millones de euros se los debe al Estado. La deuda catalana con el Estado es el 68,42% de su deuda total". Declarando la independencia unilateral y con el Estado español en contra, no veo mucha negociación y desconozco, en cualquier caso, los planes del pretendido Estado catalán para liquidar esa deuda. No sólo la que afecta a España, sino a la total, como por ejemplo los préstamos de bancos españoles e internacionales a Cataluña. Aquí tendríamos que exponer también las garantías de las pensiones y las prestaciones sociales. Sin resolver esa deuda, no está muy claro que se pueda garantizar nada.

2.- Doble nacionalidad: España tiene un historial de reconocer, en según qué ocasiones, la doble nacionalidad bastante escaso. No veo esta doble nacionalidad tan fácil como se expone ante una declaración de independencia unilateral, insisto.

Con estas dos premisas y otras cuantas cuestiones como la no pertenencia a la Unión Europea, creo que se debería exigir a los políticos catalanes que se hable con franqueza y datos certeros de lo que se puede o no se puede hacer en según qué circunstancias. Quizás de esta forma, el panorama se vea de manera más amplia y se puedan llegar a otras fórmulas que den más independencia sin necesidad de salir de un país que quiere a Cataluña y viceversa.

Hablando de esto mismo, un japonés me dijo que tenía un amigo catalán que creía firmemente en la separación de Cataluña. Esto fue hace dos años. Me insistió en que le comentaría que había conocido a una chica de Madrid, pero no nos podía presentar debido a las divergencias políticas. Vaya, yo no creo en la independencia, pero mi máximo respeto a los que sí la ven como solución. No voy a discutir sobre ello. Fuera de España, veo vascos, catalanes, andaluces, valencianos y nunca he tenido un conflicto de ningún tipo. Ni siquiera cuando una vasca en Irlanda le dijo a nuestra profesora que ella no era española, era vasca. Y eso que dentro de mí me preguntaba con qué documento de identidad había salido del País Vasco para cursar sus estudios de inglés en la República de Irlanda. No se me pasó por la cabeza decirle cómo manifestar su sentir.  

Expresarme es lo que he hecho toda la vida. Lo entiendo como un derecho que me pertenece y que tiene su límite en el respeto hacia los demás. Lo que ha pasado en Cataluña no me parece que tenga que ver en nada con las libertades, los derechos y menos con el respeto. No se puede callar al pueblo con palos, como bien nos indica nuestra historia. No se puede solucionar un conflicto en democracia sin hablar. Las dos partes se han anquilosado en sus propios intereses y parece que los colaboradores de unos y otros sólo tienen ojos para ellos mismos. No se puede alimentar el odio y la violencia sin tener en cuenta las consecuencias.

Para mí que el Sr. Mas utilizó el sentimiento independentista del Sr. Junqueras para tapar la basura de su partido y dejó la olla a presión a fuego lento para irse a comprar el pan a Canadá. Todos los sentimientos son respetables, pero la historia de nuestro país nos demuestra que la fuerza bruta no se impone a la democracia. Una de las bases de la democracia es respetar al diferente. Versiones sobre el porqué de lo que ha pasado hay muchas. Esta es una más, pero aquí lo importante es saber hacia dónde nos conduce esto.

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Me parece una vergüenza absoluta la conducta del Sr. Rajoy y el PP en este mal llamado conflicto. Suena a oportunismo e irresponsabilidad el nombre de Puigdemont. Parece descabellado y sin propósito la pelea a la que están destinados los ciudadanos en los medios sociales con ese uso del lenguaje zafio y los números. Como si ponerle cifras a la corrupción política en Cataluña o Madrid sirviese para fundamentar posiciones. Se me antoja extraño que se defienda la unidad de España sacando la bandera y despotricando del contrario. Considero desajustado que se compare tirar huevos a una persona que porta la bandera española como capa (con toda su buen intención, no lo dudo), con los moratones en la espalda de un ciudadano. Es cierto que la policía y los jueces cumplieron el papel que se les exigió desde el gobierno. Si bien creo que ninguna forma de violencia está justificada.

También es cierto que veo a los ciudadanos muy comprometidos con la defensa de la unidad de España y a la policía en contra de las señas independentistas y no veo nada en contra de las manifestaciones con banderas portando el águila, cánticos franquistas y nacionalismos que más que nada dan miedo.Y aquel hombre de Sanlúcar vestido de blanco que escribía una pancarta con el lema "Hablemos. Parlem", rodeado de insultos y acosado por los vecinos.  Al final, sin cartel, levanta las manos de forma pacífica, mientras escucha el sin sentido. ¿Es esto España? No. España es la que sale en masa a pedir diálogo, aunque TVE quiera decir que fueron unos pocos.

No consigo entender el eslogan de "se lo merecen". No veo que se pueda arreglar un conflicto con insultos. Desde luego es imposible sentarse en una mesa para negociar con el "no" como único argumento. Me parece detestable que se manipule una cadena de televisión pública y a la gente no le importe, porque lo que toca ahora es hablar de lo malos que son los catalanes por querer separarse de España. Si no les han dejado votar. ¿Me puede decir alguien cómo sabemos que Cataluña entera se quiere independizar si no lo han expresado adecuadamente?

Pero sigamos hablando de Cataluña sin prestar atención al problema de corrupción. Según apuntaba ayer la cadena Ser: "La Fiscalía presenta sus conclusiones en el juicio de la Gürtel y considera acreditado que el PP se financió de forma ilegal con los delitos de la trama..." Se pide que un partido que gobierna nuestro país sea condenado a título lucrativo. Mientras tanto, la Guardia Civil se personará en Génova para notificar la imputación a la tesorera del PP, Carmen Navarro, que está imputada por la Operación Taula. Y esto es un suma y sigue que debería tener a la población en las calles pidiendo pacíficamente la dimisión del Sr. Rajoy y su cuadrilla de corrupción en bloque, además de exigir una limpieza política de todos los partidos y la devolución de todo aquello que se han llevado. ¿Es que nadie se da cuenta que lo que debemos hacer es estar todos unidos y en las calles demandando justicia y sensatez? Cataluña le viene muy bien a este gobierno para que se deje de hablar de lo que nos afecta a todos los españoles: la corrupción. Sí, he vuelto al mismo tema, pero es que es frustrante que se nos enmascaren las corruptelas en el gobierno central y en los gobiernos autonómicos. 

Siempre recuerdo aquella premisa política americana de: en medio de una guerra, no se cambia de gobierno. Y así surgieron las imaginarias armas de destrucción masiva en Irak y se volvió a votar a Bush. Si de verdad se hubiera querido solucionar la cuestión catalana, se hubiese hecho hace tiempo. Y me pregunto si estamos ante la misma era política en la que se alimentan los conflictos para seguir enfrascados en los intereses de unos pocos. Bueno, es un punto de vista que creo que deberíamos contemplar. El orden de los factores no ha cambiado ni va a cambiar ahora que estamos al borde del desastre ¿no?

Continuando con lo ocurrido el pasado 1 de Octubre, culminamos la postal con Felipe VI, que en vez de hacer uso de su papel de árbitro y defender el diálogo y la convivencia pacífica, echa más leña al fuego postulándose de un solo lado. Tenemos a unos aplaudiendo su crudeza y a otros enfurecidos por la falta de tacto y sentido de Estado en su declaración. El rey de España se ha equivocado. Neutralidad es su función y claramente la ha pisoteado. La balanza aquí que representa la justicia está escandalosamente manipulada y falseada. Se utilizan medios públicos para castigar a una parte de la población de España por querer expresar en una votación su sentir. Lo apoyes o no, lo cierto es que cuanto más duro aprietes el cuello de la ciudadanía, más se revolverán en contra tuya. Así, hemos pasado de un 10% de independentistas a más de un 40% y creciendo. Sigan ustedes con la misma eficacia demostrada para solucionarlo. 

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Me viene a la cabeza el "Brexit" y las imágenes de un joven del Reino Unido que salió por televisión diciendo que no quería salir de Europa. Sólo pretendía castigar al gobierno. Aquí el deseo de castigo crece. Como las ganas de que este gobierno, que es claramente una porquería en todos los sentidos, recapacite y se siente a hablar. Sr. Rajoy, democracia es hablar, algo que usted ha demostrado no saber hacer ahora ni nunca. Así no está frenando la ruptura del país, está acelerando la consecución. Sr. Puigdemont, si le queda algo de sentido común, pare este despropósito y tenga la voluntad política de arreglarlo. Háganlo por sus ciudadanos. Ustedes están provocando esta brecha. Los ciudadanos sólo responden. Ahora sigamos alimentando el odio en los medios sociales y hagamos chistes con una cuestión que no hace ninguna gracia. Seguiré comiendo cocido madrileño y pan tumaca para ver si culinariamente nos damos cuenta de que no hay imposibilidad, sólo disponibilidad. Y por supuesto, seguiré hablando de corrupción. En todos los partidos en donde surja. Porque nada puede tapar el desastre político que cubre España.

Como ciudadanos, demostremos a los políticos cómo hay que hacer las cosas. Seamos su ejemplo. Seamos responsables.

Atentamente,
Señor, señor.

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