señor, señor

domingo, 4 de junio de 2017

PEPITO GRILLO MURIÓ EN ESPAÑA

Pinocho miente, le crece la nariz y lo televisan todas las cadenas. Bueno, hay algunas que tratan de hacer parecer la nariz de Pinocho un artículo de atrezo y parece que para algunos funciona. La nariz de nuestro personaje va de norte a sur y en el camino pasa por el este y el oeste. Nuestro Pinocho particular además de mentir, permite que los demás a su alrededor se vistan de esas mentiras y las utilicen para lucrarse. Se subió hace años como conductor en la carreta tirada por dos burros y llena de niños inocentes sonriendo. Nos han conducido al país de los juguetes, donde los niños no sólo no aprenden que robar está mal, sino que además abren su bolsillo para ser robados. El problema es que en el país de los juguetes no todos nos hemos transformado o aumentado nuestras tragaderas, pero parece que una mayoría sí. Por ello, he llegado a la conclusión de que Pinocho mató a Pepito Grillo en España. Así no tiene que oír los reproches de su conciencia y puede campar a sus anchas en el país de los juguetes.
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El cuento ha cambiado mucho y ya no es para niños. Es para esos adultos que ven con un asombroso desdén como las arcas públicas, su dinero, es utilizado para beneficio propio sin inmutarse. No se dan cuenta esos adultos de que están dejando a sus hijos un futuro lamentable, porque sin Pepito Grillo, nadie sabe nada. Parece que el miedo a lo desconocido y aquel famoso refrán de "más vale lo malo conocido..." se está cumpliendo como buena tradición, para tristeza de los que vemos con esperanza el cambio.
A cualquier persona a la que le muestro el cuento, cuanto menos se asombra y me mira con gran interrogante en su rostro. ¿Por qué? Y por primera vez no sé qué decir. Me he quedado sin palabras, sin argumentos y con una tristeza indescriptible. España está dentro de Europa, pero está claro que no obedece al sentido del respeto y la dedicación política que tienen la mayoría de países del entorno. Supongo que habría que analizar por qué somos distintos, sin ánimo de quitarnos esa peculiaridad. Nunca me ha gustado ser ovejita siguiendo un rebaño sin preguntar hacia dónde. Quizás ese espíritu crítico ha hecho que nazca en mí un Pepito Grillo particular y me repite una y otra vez que no me gusta lo que veo.

El análisis de lo que pasa ahora se remonta a la dictadura de más de 40 años y el borrado de memoria que nos costó la democracia. Quizás es que como en aquel momento lo permitimos todo, ahora nos hemos armonizado en la misma situación. Y estamos en esa regresión. El caso es que no sólo hemos dejado de ser críticos, sino que hemos dejado de hablar de nuestros derechos, de clamar por lo que es nuestro, de quejarnos por lo que creemos es injusto e incluso nos hemos quedado ciegos. Se abraza una ideología con ese profundo sentimiento de infidelidad si uno piensa en otro y como el amor es ciego, se sigue hasta la muerte pase lo que pase. La muerte de la conciencia y el sentido común aquí en España. No hay otra explicación a que nos rodee tanta corrupción y el partido más corrupto de Europa no sólo siga en el Gobierno, sino que lidera la lista de ganadores en unas futuras elecciones y no apueste por una renovación propia.

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Sí, señores votantes. Los partidos que se empeñan en defender están podridos de corrupción y ustedes nadan en esa inmundicia con traje de neopreno, oxígeno y gafas de buceo. Les han robado el dinero de sus bolsillos para viajes, ski en lugares remotos a los que acceder en helicóptero, palacios, casas, prostitutas, trajes a medida, vinos de 1000 euros la botella, caviar, e incluso campañas publicitarias para vender su imagen y que se la compremos, poniéndose por encima de los demás, como acostumbran. Resulta irónico. 

Es muy posible que ustedes no sepan que Miguel Blesa, el hombre que puso Aznar para dirigir Bankia, tenía caviar sevruga en su despacho y una bodega de vinos y champán con unas 84 botellas de Vegasicilia Único (700 euros la botella) y 4 de Vegasicilia Magnun (1.000 euros la botella) entre otros. Un total de 38.000 euros en vinos que al Sr. Blesa le parecía escaso a juzgar por el email que envió a un directivo solicitando más stock.  Estoy hablando de esa entidad bancaria que todos los españoles rescatamos con nuestro dinero. El de todos. Pero no se nos escape que el rescate público al sector financiero en España nos costó 60.718.456 millones de euros según el Tribunal de Cuentas.

Tampoco se nos puede olvidar la cantidad de jueces y fiscales nombrados por el poder político para favorecer sus intereses personales. Todavía recuerdo a la profesora en el colegio hablar de Montesquieu y la importancia de la separación de poderes. Menuda independencia tienen los jueces, a veces. Hay que leer más y variado para conocer la verdad y no la que cuentan unos pocos. El fiscal jefe de Anticorrupción, Manuel Moix, recibió en 2009 todos los datos del caso Lezo y decidió que no había ni el más leve indicio de que Ignacio González y su familia se lucrasen con el Canal de Isabel II e incluso intentó evitar uno de los registros que terminó con la detención de González. 

No hablemos de los fiscales que han ido destituyendo por comenzar investigaciones de asuntos turbulentos relacionados con el mismo partido político. Resulta que desde que Rafael Catalá es Ministro de Justicia, hemos tenido tres fiscales generales del Estado en menos de tres años. Parece que Torres-Dulce ni Madrigal quisieron salvar las posaderas de algunos políticos del PP, así que el primero dimitió y la segunda no fue renovada. El Gobierno quería controlar a varios fiscales clave para salir airosos de sus casos de corrupción. Menos mal que finalmente el Sr. Maza, actual fiscal general del Estado, aceptó poner a Moix como Fiscal Anticorrupción y todos celebraron el encuentro para su beneficio. 

Según apunta eldiario.es, tanto Maza como Moix fueron recomendaciones de <<Manuel Marchena, presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, exfiscal, amigo de Catalá y hoy pieza clave en toda la estrategia judicial del PP>> Y así, sin experiencia alguna en anticorrupción y con varias advertencias de que no era el candidato ideal por cuestiones que estaban siendo investigadas, Maza puso a Moix, porque <<bajo sus órdenes, la Fiscalía de Madrid intentó cerrar el caso de los espías pagados por la Comunidad, ignoró las primeras denuncias sobre el campo de golf del Canal de Isabel II, rechazó acusar a Esperanza Aguirre cuando se fugó de los agentes de tráfico…>> En fin, estaba claro que iba a resolver los asuntillos de corrupción en un periquete. El país de los juguetes está a salvo. Esto da mucha confianza a los votantes. No es ironía, siguen ganando pese a todo esto. Ya no sé cómo contar esto más claro.

Pero esto es España y nuestro presidente va a declarar como testigo en el Caso Gürtel, eso sí en diferido, porque <<dirigió cinco campañas electorales en el periodo bajo sospecha de que el Partido Popular obtuvo financiación ilegal gracias a la trama.>> El partido con sede en Madrid tiene la renuncia de su presidenta y en la cárcel a tres de sus miembros más destacados. Pero ahí sigue. Y yo leyendo como otros ministros y presidentes en Europa dimiten por plagiar tesis, infracciones de tráfico, amenazas a periodistas, llamadas a videntes a cargo del Parlamento o dar positivo en un control de alcoholemia. Dimisiones que en España sorprenden, porque aquí Dimitir es un nombre ruso.
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Pero aún hay más, porque la Guardia Civil ha concluido que el Gobierno de Esperanza Aguirre en Madrid financió las campañas electorales de 2007 y 2011 con dinero público que entraba en una fundación, que luego emitía facturas falsas que iban para gastos electorales. Es decir, Fundescam recibía donaciones de dinero público y privado de empresas que luego recibían adjudicaciones a cambio. Todo es dinero se utilizó para hacer que Esperanza Aguirre ganara las elecciones y ayudó a Mariano Rajoy en su campaña 2008.  Es curioso, pero de nuevo el presidente del Gobierno está salpicado, pero sigue con la estrategia del silencio y parece que le funciona. Tenedlo en cuenta. Si alguna vez os trincan en algún asuntillo impropio, Mariano aconseja callarse y esperar a que pase el huracán. Quizás con suerte salga algo sobre Venezuela y se apague un fuego tirando la llama a otro.

Y dicho esto, tener control sobre un medio de comunicación, ayuda y mucho. Hay una amplia oferta informativa de quejas y denuncias de los trabajadores de RTVE por manipulación en las noticias o utilizar el medio como publicidad del PP. Busquen y juzguen. Estamos ante un nuevo caso Urdaci, pero ahí está la gente sentada en sus casas, viendo las noticias con lo que les quieren contar, no con lo que pasa. Luego nos extrañamos al escuchar a gente decir que los casos de corrupción que salpican al PP son en realidad campañas contra el partido. Y de nuevo volvemos al abrazo del partido y al miedo utilizado para hacernos permanecer en el país de los juguetes con orejas de burro. Lo dicho. Pepito Grillo murió en España y Gepeto fue comido por la ballena de la corrupción. Señor, señor.