señor, señor

sábado, 16 de enero de 2016

MARCA ESPAÑA

¿Cómo definirías España? Se lo pregunto a los casi 47 millones de personas que habitan este país de poco más de medio millón de km² y a los que no viven en él, pues su opinión es vital para comprender la marca España, esa que de la que tanto se habla. 

La mayor parte de la gente hablaría del flamenco y de sus máximos exponentes, Camarón de la Isla o Paco de Lucía, entre otros. Se puede añadir que la guitarra española tiene mucho que ver en ello y el término gitano que tanto estupor produce en muchos, está muy relacionado con este aspecto cultural tan español. Podríamos también valorar el vasto legado artístico que nos han dejado tantas culturas que pasaron por aquí o simplemente nos invadieron y que por cierto dejaron diferentes lenguas de las que deberíamos estar orgullosos. Castillos, acueductos, fortalezas, edificios, palacios, esculturas, pinturas forman parte indiscutible de nuestra historia y de lo que hoy somos. Nuestras playas también son exponentes de lo que somos y nuestra agradable o no dependencia del turismo. Tenemos 681 playas con banderas azules testificando la calidad de sus aguas, el mantenimiento, el sostenimiento y cuidado medioambiental y los servicios. Contamos con la siesta, ese gran momento después de comer que nos ofrece descanso para continuar más allá de las diez de la noche con los ojos abiertos y disfrutando de la noche, como el espíritu español dicta. Nuestras ciudades están vivas tras las siete de la tarde y hasta altas horas. Pero he de remarcar que la siesta no es símbolo de pereza, más bien es un hábito muy sano para aprovechar al máximo el día, o eso decimos. Podemos terminar con los festivales, fiestas y, por supuesto, la dieta mediterránea. Habría que escribir páginas y páginas sobre todas las fiestas, mercados de artesanía y conciertos que recorren nuestro país. La oferta es inmensa y para todos los gustos, al igual que la cocina. Tenemos increíbles cocineros cuyos nombres se conocen en gran parte del mundo.
 
Tenemos un país excepcional ¿verdad? Lamento estar disconforme, porque todo esto se pierde entre la inmensa miseria política que tenemos y que promocionamos cada día en las noticias, en medios sociales y en cualquier medio que se nos deje. Esta es nuestra Marca España. Los insultos entre diputados, los comentarios jocosos y poco afortunados entre nuestros representantes políticos, las mentiras, la corrupción, las acusaciones y las representaciones teatrales más dignas de tomates al aire que de aplausos. Y entre todo ello estamos los ciudadanos, defendiendo a capa y espada a aquellos que representan nuestra ideología como si fueran la perfección personalizada. El debate se extiende en cualquier medio y se nos ve y oye discutiendo sobre la conveniencia de que una diputada vaya con su bebé a trabajar para darle el pecho, sobre si algunos llevan las rastas limpias o si la persona con corbata es más o menos real que el que lleva vaqueros y camiseta. A eso se reduce todo, porque sacamos de quicio todo aquello que nos conviene.

Reconozco que fácilmente entro en cualquiera de esos debates, porque me parece irónica la memoria selectiva que tenemos. Nos indignamos por unas cuestiones, pero dejamos pasar otras o simplemente las suavizamos, eternizando el debate sobre quien es mejor o peor. Supongo que mi opinión no importa demasiado en el mundo de la política, pero me gustaría escribir una carta al Congreso diciendo lo siguiente:

Estimados Señores Diputados,

Me avergüenza saber el sueldo que perciben ustedes, los teléfonos, las tablets (sin mencionar la marca), las dietas, los despachos, los coches a disposición y demás parafernalia que pagamos todos, pero no porque ustedes ganen más dinero que cualquier persona de esas "corrientes" que representan, sino porque no lo merecen. Ustedes se duermen en las jornadas de trabajo y si cualquiera de nosotros hiciera algo así estaríamos despedidos. Algunos juegan con la tablet que le pagamos, chatean o miran páginas webs no relacionadas durante horas y de nuevo los demás estaríamos en la calle haciendo tal cosa. Varios se dedican a despellejar a otros con argumentos que harían llorar, por lo miserables en que se convierten, hasta al más duro de los mortales y eso no es política, Señores, eso es más propio de esos programas de TV que nadie dice ver, pero que tienen tanto éxito. Otros tantos se dedican a teatralizar una supuesta indignación con la manida frase de "y tú más" para luego aplaudirse por lo bien que lo han hecho. Verguenza es lo que dan y ningún aplauso les doy.

Las mentiras son otro punto para analizar. Si prometiésemos a nuestros jefes cuestiones que luego no cumpliéramos, ya saben dónde iríamos. Y lo que más indignación y asco me provoca es las alianzas a escondidas y las promesas bajo cuerda que ustedes alcanzan porque les da la gana, dejando atrás aquello para lo que se les han designado: luchar por sus ciudadanos y no para ocupar una silla más o tener más porcentaje en poder. 

Pero ahí siguen ustedes y seguirán, porque los ciudadanos que les votan, de una manera que no acierto a entender, les defienden asegurando que son la mejor opción entre lo malo o aseverando que han hecho mucho por el país, borrando aquello que no les apetece recordar para aseverar con una elocuencia garabateada que lo han hecho muy bien. Es lo que se llama comulgar con ruedas de molino.

Si siento vergüenza es porque ninguno de ustedes nos representa y habría que hacer una limpieza de bocas, de personas y de vocabulario para volver a recordar a España como se merece y no en lo que ustedes nos están convirtiendo. El circo que ustedes crean a través de la política y que nosotros seguimos desde nuestras casas, como en el Coliseo cuando se coreaba con gritos de entusiasmo la masacre. Y lo siento por aquellos pocos que merecen el poco respeto que me queda por la política, pero eso es lo que hacen ustedes, desmerecer todo aquello por lo que los ciudadanos pagamos. Vergüenza es lo que ustedes no tienen.

Atentamente,
 
http://goo.gl/s9qTCo
Y dicho esto, asevero que el PP muestra su desprecio a los ciudadanos con los casos de corrupción que lamentablemente pudren su base, aunque les pese a sus votantes, porque es así. Lean y juzguen con el mismo ojo que miran a los contrarios. Les recuerdo que Mariano Rajoy designó directamente a Luis Bárcenas como tesorero y que los dos anteriores tesoreros del partido están igualmente implicados en este desbarajuste de cuentas, por llamarlo de alguna forma. Y para los que vayan a decir que él no sabía nada, como tampoco Esperanza Aguirre conocía lo que estaba haciendo su mano derecha, Granados, entonces creerán que Chaves y Griñán tampoco sabían nada de los ERE. 

Otro partido, el PSOE, intentó lavarse la cara manchada de un increíble y putrefacto entramado con Pedro Sánchez y Susana Díaz, pero nadie olvida lo que su partido ha hecho y la poca respuesta que han dado a sus votantes. Su manera de manejar la situación es triste e incapaz, sin mencionar lo poco acertado que es  la publicidad entre sus miembros de sus problemas internos, pero ese es otro tema. 

Y seguimos con Bankia, caso en el que todos están implicados, hasta IU, que trata de levantarse de varios golpes de derecha, centro e izquierda, estando todavía de rodillas preguntándose porqué ellos están pagando un precio más alto que el resto. Ni siquiera han tenido la oportunidad de delinquir a espuertas desde el Gobierno Central como los otros dos que han compartido la tarta del bipartidismo, relamiéndose los bigotes asimismos o a otros, según conveniencia, pero lo ocurrido en Sevilla lo están pagando con creces. He de decir que siento debilidad por Alberto Garzón, pero lo tiene muy complicado para salir de ésta. Es difícil hacer de Fénix cuando las cenizas no son tuyas. 

Y acabamos con Podemos y Ciudadanos, sobre los cuales planean sombras de duda, el primero por su financiación y el segundo por falsificación documental y suplantación de identidad en su red de Madrid. Para mayor información, decir que ambos casos están en proceso de investigación y no hay conclusiones o resultados concretos aún, algo que no se puede decir de los anteriores. Podemos sí ha sido salpicado con cuestiones bastante turbias y aunque los casos están archivados, la forma de reaccionar ante ellas, según creo, no ha sido acertada ni conveniente. Si pones por bandera la transparencia, debes aplicarla desde el primer segundo.

Como he leído hoy en un blog, parece que para estar en el sistema es necesario <<ser casi delincuente y cómplice de los abusos, arbitrariedades y delitos que comete la clase dirigente, todos ellos tolerados y amparados por un sistema deleznable que no tiene nada de democrático.>> Desde este punto de vista, me declaro "antisistema".

Afortunadamente España no debe ser importante en otros continentes, como le ha comentado un amigo a mi marido, por lo que nada respecto a las rastas, los bebés en el congreso o los insultos salen más allá de nuestras fronteras, pero desde una distancia razonable, esta situación entristece demasiado como para ver mi país de la forma en que me gustaría. Sólo decir que antes de decir tantas barbaridades como estoy leyendo últimamente, se recapacite y se deje atrás la memoria selectiva. No se está más cerca del ciudadano en vaqueros en vez de en traje, pese a que los primeros se parezcan más al todo en vez de a la parte, pero tampoco se es más cercano peinado de una forma determinada que con rastas. Los políticos ahora mismo, en su mayoría, no nos representan lleven lo que lleven. Lo importante son los actos y las palabras para solventar nuestros problemas diarios y de eso veo bien poquito.  Pero la culpa no sólo la tienen ellos. Somos cómplices todos los ciudadanos y los medios de comunicación en los que solemos creer a pies juntillas. Nada es verdad o mentira, sólo depende del color del cristal con que se mira. Y los colores son lo único que se ven. No hay espacio para el sentido común y la observación con perspectiva.

http://goo.gl/2gR5jD