señor, señor

jueves, 12 de febrero de 2015

ENTROPÍA

Mi mundo está lleno de "quisieras" y "me gustarías". Sospecho que el de muchas personas también. Son deseos, a veces metas y otras sueños, pero sobre todo pensamientos. Los primeros son anhelos del alma, sensaciones y sentimientos materializados en la imaginación posible o probable. Las segundas tienen el aspecto de aquel fin al que uno espera llegar, aunque con cada etapa uno se acerca, otro lo consigue y en ocasiones se modifican para dejar paso a una red irrenunciable de cúspides que alcanzar. Ánimo que llegaré. Los siguientes son fruto de un mundo onírico, que en parte pueden alcanzar a ser deseo o meta e incluso formar parte de una realidad pasmosamente increíble. El último concepto es necesario, crítico y libre. Como diría José Luis Sampedro, hay que buscar la libertad y la de pensamiento es la que nos ofrece ir más allá de lo que nos intentan inculcar porque sí.

http://youngheartsandoldsouls.blogspot.com.es/2010/06/libertad-de-pensamiento.html
Cada uno de estos conceptos nace y se desarrolla con el ser humano, pretendiendo ser intensos, emocionantes. Pero interiorizamos que el mundo está lleno de tanta injusticia, que a veces se convierten en vaivenes peregrinos o frustraciones contenidas y terminamos olvidando que no debemos dejarnos arrastrar por la masa, sino que debemos ejercer el pensamiento y contemplarla desde otro prisma para salir de este matrix.

http://www.definicionabc.com/economia/capital-dinero.php
Las grandes bazas del ser humano son la justicia y la dignidad. Estoy de acuerdo en que hoy figuran en un segundo plano casi invisible en pos del dinero. Por lo que los deseos, metas y sueños parecen desvanecerse, aunque el pensamiento propio siga ahí y provoque el movimiento ciudadano. Y ante esta imagen de lo que considero la pobreza humana, pero no por dinero sino por simple humanidad, uno se pregunta si la cuestión financiera es tan importante como para dominar el mundo. La corrupción nos abruma y ese es el resultado.

Me quedo con la mejor definición de corrupción que he escuchado de manos de nuevo de Sampedro: "es que hay hombres mercancía que se ofrecen en venta y hombres que la compran." Tan simple y eficaz que casi te hace sonreír. Decían que era la mente más joven de nuestro tiempo con sus 94 años. Y como él hablaba tanto de la importancia del amor como base del deber de vivir, diré que la admiración también es una forma de amor. Este valor tan importante y a la vez olvidado por la crisis, es el que debería mover el mundo hacia el cambio, porque lo que se avecina se llama entropía o el proceso para la destrucción. Este sistema sólo provoca desigualdades sociales con las que no se puede convivir. Parece que los señores feudales ahora luchan por el dinero y para ello hacen trabajar cada vez más y peor a otros, dejando apartados del sistema a muchos que buscan abrirse hueco dentro de un mundo que es ajeno a su sufrimiento.

De verdad que no concibo que haya personas que puedan vivir sabiendo que hay gente muriendo porque no pueden pagar un medicamento que curaría su enfermedad y que ellos tienen o que permitan que una familia se vea avocada a mal existir en la calle porque han vendido su casa a un tercero sin su consentimiento o por engaño. Tampoco entiendo que haya personas alimentando los deseos, metas y sueños de todos en forma de política y luego, cuando ya han conseguido lo que querían, argumentar que no les han permitido cumplirlos. ¿Es que nadie ve que la mentira gangrena la política?

En fin, no soy conformista, pero tampoco quiero decir que tengamos que levantarnos literalmente en armas. Pretendo que seamos más sociales y menos individuales, más empáticos, cooperativos e indignados. El hecho de que a alguien le vaya bien, no le exime de hondear la bandera de la injusticia que otros representan. No podemos mantenernos impasibles ante un capitalismo voraz que vive por y para el dinero olvidando a las personas. Y lo cierto es que comparto también la visión de que el capitalismo no siempre fue el monstruo voraz que se ha comido nuestra sociedad. El ser humano ha pasado a convertirla en capitalitis, donde el dinero compra cualquier cosa o persona y los valores ya no importan. Aquí no hay ética y no importa nada más que el tamaño del bolsillo que tenga uno. Sólo insto a pensar e intentar construir no un mundo perfecto, pero sí mejor. Si el mundo fuera perfecto, no existiría la utopía.

https://anachela.wordpress.com/
Y para terminar os dejo un pensamiento que realmente me parece motivador:"Ser feliz no significa que todo sea perfecto, sino que has decidido ver más allá de las imperfecciones"

Señor, señor

Bibliografía: El germen de este escrito se lo debo a José Luis Sampedro entrevistado por Iñaqui Gabilondo