señor, señor

domingo, 15 de noviembre de 2015

LA CULTURA DE LA SENSATEZ


De vez en cuando tengo esos momentos de sorpresa absoluta que tienen al lado un signo de pregunta al lado. Gramaticalmente "!?" no existe, pero de verdad que en mi mente se dibuja en ciertas circunstancias. Ahora con motivo de la barbarie en París veo todos los perfiles de facebook con la bandera francesa. Fotos en la playa, corriendo o incluso cómicas, pero con la solidaridad en forma de bandera. En fin, respeto es lo que siento por esas conciencias movidas por todas esas muertes sin sentido, pero me parece injusto el tratamiento informativo de la crueldad humana dependiendo de su ubicación y por ende, la respuesta ciudadana dependiendo de los mismos.

https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Guerras_y_conflictos_actuales
Este mapa lo puede encontrar cualquiera navegando en internet y nos da una idea de cómo está el mundo para colocar en nuestros perfiles una bandera o quizás un collage.

Las guerras en el mundo se dividen entre guerras de mayor escala y conflictos menores o de baja intensidad dependiendo de los números de muertos, entre los que se incluyen víctimas civiles y militares, porque todos los seres humanos cuentan. Lo ocurrido en París ¿cómo se calificaría?

Hay gran cantidad de datos, cuadros, gráficos... Me ha llamado la atención la clasificación de los conflictos con más incidencia* y la mención al Uppsala Conflict Data Program (Department of Peace and Conflict Research) de Wikipedia, indicando que está reconocido por Naciones Unidas. La curiosidad me ha llevado a entrar en la página web y es asombroso. El tema sería tan extenso de analizar que uno podría estar toda una vida para comprender lo que está pasando en el mundo, lo cual es profundamente desolador, pero volvamos al tema que nos ocupa.

https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Guerras_y_conflictos_actuales
Os presento al mundo en la actualidad, pero lo que más me gustaría es que alguien inventase la bandera del mundo entero para ponerla en nuestro perfil, porque no hay forma de agrupar toda esta miseria en un cuadradito de solidaridad. Quizás el globo terráqueo sería ideal para esta situación, pero esto es lo que hay y a lo que nos enfrentamos a diario. Estamos tan sedados o anestesiados que no analizamos a dónde nos llevan todos estos conflictos y las decisiones políticas que se toman. Las cantidades indecentes de muertos diarios en estos países nos afectan menos que una masacre en París de repente y no se trata de demagogia. Es una realidad tan cruel y dura que da miedo pensar cómo reaccionamos en general.

Y entonces se me ocurre pensar en lo que aprende un estudiante de periodismo en la carrera. La noticia es importante dependiendo de la cercanía y del número de muertos. Hay otros factores, pero esto es lo básico. Y leo que es una pena lo que ha pasado en Líbano, pero culturalmente hablando, nos es más cercano Francia. Personalmente creo que la cultura del sentido común o la sensatez nos vendría muy bien en estos tiempos. Me crea estupefacción, me rompe y me duele cada una de las muertes en cualquier parte del mundo, pero la cobertura que se dan a algunas, me hace pensar que quizás ciertas personas son más trascendentales que otras. Supongo que si esto hubiera pasado en San Francisco (EEUU) también nos hubiéramos puesto la bandera y ¿hay más distancia entre Madrid y Líbano o entre Madrid y San Francisco? 3.356 kilómetros en el primer caso y 9.317, 81 kilómetros en el segundo caso. La conclusión es que la distancia no es lo que importa. ¿Y la cultura? Supongo que es demasiado analizar las diferencias o similitudes culturales, pues entraríamos también en religiones, costumbres etc. Complicado.

La conclusión final es que esto que ha ocurrido en Francia sirve para quizás cerrar fronteras a los refugiados, aumentar el miedo hacia todo lo musulmán y justificar más muertes, pero es difícil defender este punto de vista cuando las imágenes están tan nítidas en nuestra retina. Todo cuadra cuando al día siguiente me encuentro que Francia ha decidido bombardear, de una forma más categórica de la habitual, posiciones enemigas en Raqqa, bastión del Estado Islmámico en Siria. Se trata de responder con contundencia a los atentados destruyendo el centro de reclutamiento yihadista. Junto a ello me encuentro las declaraciones de Al Assad, Presidente de Siria, diciendo " Francia conoció lo que vivimos en Siria", mientras leo, oigo y veo las palabras guerra, conflicto y ataque. Definitivamente me produce repulsa e indignación que se utilicen las palabras para sembrar la semilla que lo justifica todo. Y por otra parte pienso si alguien se ha preguntado alguna vez qué es el Estado Islámico. Os emplazo a dedicar 5 minutos al siguiente enlace para poder encontrar respuestas: La guerra de Siria explicada en 5 minutos.

El miedo constituye y cimenta el odio, lo cual es aún más que peligroso. El Estado Islámico dice que Francia no vivirá en paz, leo en otro titular. Ese pensamiento es temerario y totalmente erróneo. Ahora todos los musulmanes son enemigos y las personas que profesan el islam tienen que portar carteles diciendo "no en mi nombre". Les obligamos a justificarse. Los sentimientos que despiertan las noticias son incalculables y la solidaridad no se debería medir por la religión o la procedencia. No hagamos de la cercanía en distancia o cultural un filtro para decidir qué ser humano es más importante. No me gusta en lo que se está convirtiendo este mundo.

sábado, 14 de noviembre de 2015

PEQUEÑAS COSAS

Qué poquito hace falta para esbozar una sonrisa y lo que a veces nos cuesta. Quiero hacer un homenaje a Petit Pop por su magnífica canción titulada "Pequeñas cosas", pero también por el resto. Como adultos, a veces perdemos la perspectiva de lo realmente importante y todas aquellas cosas que tenemos atesoradas en nuestra memoria y que nos hacían reír tanto.

http://petitpop.es/discografia/
Mis hijos llenan mi mundo de una extraordinaria elocuencia y sólo puedo sonreir al pensar en ellos. Me acuerdo de lo importante que es ser feliz y lo poquito que mostramos los adultos nuestros momentos de esa grandiosa emoción. Pienso que la felicidad existe en esas porciones grandes o pequeñas que te da la vida y a las que hay que acogerse sin más. ¿Qué te hace reír? Una cara curiosa en el momento propicio; una carcajada sincera y llena de sentido aislada en una fiesta de ruidos o conversaciones; la palabra "roñica"; la canción sobre metafísica infantil; esos tropiezos al hablar como decir "tantasma", "murciégalo", "titufos o "alora"; las batallas de cosquillas; un porqué e incluso un recuerdo sonoro u oloroso. Algunos recuerdos simplemente abren tu sonrisa de par en par.

Nos olvidamos tanto de reir que nos pasamos enfurruñados la mayor parte del día, insultando en el coche a aquella fenómena que te está pitando por una cosita de nada, al torpón que va en medio del carril o realizando bufidos constantes por el tráfico. Os invito a escuchar a Petit Pop para recordar todo eso que parece que está aislado en tu memoria y se despierta gracias a un grupo de asturianos que nos recuerdan lo que es ser niño a los adultos y hacen cantar a los más pequeños. Un homenaje a la felicidad que proporciona la infancia y la música. ¡Qué maravilla!

Las cosas más ínfimas se vuelven enormes. Tengo mi memoria llena de conversaciones con mi hijo mayor. Me fascinan esos momentos y creo que me ofrecen más de lo que él imagina. La última ha sido por un tema que quizás muchos piensen que debemos evitar o afrontar con tristeza. 

- Cariño ¿por qué me haces tantas preguntas sobre enfermedades incurables y tan complicadas? 
      - Pues porque me interesa la muerte
- Hijo ¿y por qué te interesa la muerte?
      - Porque me interesa saber cómo funciona el cuerpo humano

Siempre me acuerdo de aquella frase que me decían cuando era pequeña: "cuando seas padre comerás huevos", que viene a decir que no te van a explicar nada y que ya lo entenderás cuando seas mayor. Lejos de proclamar ese buque insignia, lo explico todo. Y si mi hijo me pregunta sobre la razón por la que falleció un ser querido, pues lo intento explicar de la mejor forma posible. Debido a su interés en el funcionamiento del cuerpo humano y los libros que tiene acerca del tema, me resulta más fácil que lo entienda. Y me mira, asiente, lo comprende y se queda satisfecho porque le cuento la verdad en un lenguaje adecuado. 

No sé cómo será el pequeño, quizás no pregunte tanto o no tenga curiosidad por el tamaño de la luna y el sol, por cómo viven las plantas pues son seres vivos, si los números son infinitos como el espacio o si dios es un fantasma. Estos momentos me colman, de verdad. Y me acuerdo de la cara de mis padres cuando mi hermano preguntó cómo nacían los niños. Esa mirada esquiva como si el tema no fuera con ellos. Supongo que eran otros tiempos o siguen siendo los mismos. Son diferentes formas de entender la vida y la mía es darle toda la información que pueda para que no sienta que hay temas intocables o imposibles. Abrir la puerta al mundo que se crea a su alrededor y si el asunto termina con una sonrisa de satisfacción, atesoraremos en nuestra memoria ese preciso instante.

En fin, pequeñas cosas que llenan mi mundo. Pero hay muchas más y parece que los adultos tendemos a esconder debajo de nuestro rol de trabajadores o padres toda aquella felicidad que nos llena. Y que conste que no me refiero a que debamos pintar nuestra sonrisa con el maquillaje de los recuerdos o a que no podamos quejarnos. Se trata sólo de que no olvidemos que, por encima de todo aquello, están esas pequeñas cosas que la infancia te da y te quita la madurez por una extraña razón que no acierto a entender. Hay mucho que aprender de los pequeños, pero igualmente sin hijos, hay mucho que hacer y recordar con la mente de un niño.


sábado, 26 de septiembre de 2015

PENSAR ANTES DE ODIAR

Me frustra y me provoca tristeza ver a tantas personas colgar en sus muros que en España la gente pasa hambre o no puede pagar las necesidades básicas de sus hijos, pero que sí hay para los inmigrantes. Diría que apliquemos aquella frase tan manida que dice: las comparaciones son odiosas. Todos necesitan ayuda y no hay que menospreciar la necesidad de unos frente a la de los otros, porque ninguno tiene ni la más remota idea de cómo se vive en cada punto de desesperación. 

https://goo.gl/PQ6bw9
Para aquellos que se ocupan de crear odio hacia los inmigrantes aseverando que se llevan los derechos sociales de los españoles, les diría que visiten un CIE (Centro de Internamiento de Extranjeros) para ver si esa es forma de vivir o les pregunten lo que han perdido, llorado o pasado antes de llegar a un continente que no les quiere. Los ejemplos nunca me han gustado, porque en España hay muchas personas que están en una situación tan crítica que es difícil de imaginar. Será porque empatizo por naturaleza, pero me duelen unos y otros. Me parece muy bien que se defienda lo nacional, pero no a costa de la miseria de otros.

Los CIE se destinan a extranjeros que no disponen de permiso de residencia y se calcula que sólo un 5% de ellos son expulsados a sus respectivos países, tras "vivir" en una prisión por haber cometido una falta. Les puedo asegurar que estar allí no es un lujo y ni siquiera cumple con los requisitos de algo tan conocido y tan obviado como la dignidad. Hay testimonios realmente desgarradores y situaciones que uno lamenta escuchar del país en el que vive. He encontrado el extracto de un informe que describe lo siguiente:
 
Los internos no disponen de una muda, permanecen días con la misma ropa interior, sin sábanas, con mantas que producen lesiones cutáneas, hacen sus necesidades en botellas al no poder salir al baño 9 horas durante la noche, hacinados en espacios húmedos y sin luz. Testimonios verificados permiten afirmar como convicción firme que han existido actos calificables de tortura a internos.”

Ahora me gustaría que pensasen si estas personas realmente están recibiendo la ayuda que necesitan los españoles. Si el padre apostado en huelga de hambre porque no tiene para pagar la educación de sus hijos es una víctima de estas personas. O esas familias que no tienen nada que dar de comer a sus hijos, están en peor o mejor situación que los inmigrantes. No tiene sentido todo esto y ¿nadie lo ve? No se pueden comparar las miserias de unos y otros. Las miserias son execrables en cualquier situación, religión o nacionalidad.

Quizás alguno piense que estos no son los refugiados o los inmigrantes a los que se refieren cuando realizan esas aseveraciones cargadas de tanto odio. Entonces ¿a cuales? Puede que quizás sean esos que vinieron a trabajar en épocas de vacas gordas para ganarse la vida en un país que ofrecía mejores oportunidades y ahora que les han despedido y no tienen trabajo, tienen la osadía de solicitar plazas en los colegios de los españoles o ayudas en los servicios gratuitos de los nacionales. 

Inmigrantes son todos, los que están en el sistema y los que no han tenido la misma fortuna, por lo que la generalidad de nuevo no entra dentro de lo llamado realidad. Por otra parte, hay muchos españoles que utilizan sus triquiñuelas para engañar al sistema y, teniendo una economía bien saneada, se sirven de esos recursos tan necesarios para algunos, co n el fin de ahorrarse unos euros. Pongamos el ejemplo de un rico, muy rico arquitecto, que lleva a su hija a una guardería privada en un audi, pero que mensualmente recibe una ayuda del Estado de 100€. ¿Cómo? Eso sería parte de otro análisis, pero de estas personas no decimos nada porque son españoles. Es mejor fomentar el odio a los desconocidos que se nutren de nuestro trabajado y merecido sistema, en lugar de enfadarnos con el Estado por no construir un mejor procedimiento o por haber permitido que se juegue al dominó con los recursos.

Pero ¿inmigrante y refugiado es lo mismo? Inmigrante es aquel que llega a otro país para establecerse en él. Muchos dicen que el mayor problema de España es haber dado vía libre a la entrada de inmigrantes sin contrato formal de trabajo. Ahora no somos capaces de reabsorberlos, como si fueran agua en arena. En el camino, me he encontrado con un artículo de un periódico para latinos en España que habla de unas declaraciones del conocido economista Santiago Niño Becerra:

"Pienso, siempre he pensado, que la residencia en un país para extranjeros ha de estar vinculada a un contrato de trabajo; y siempre he pensado que mientras un inmigrante se halle en un país ha de contar con absolutamente las mismas garantías legales que un originario histórico de ese país".

Refugiado es aquel que, a consecuencia de guerras, revoluciones o persecuciones políticas, se ve obligado a buscar refugio fuera de su país. Según la terminología, el inmigrante quiere establecerse en otro país y el refugiado sólo quiere huir, pero desconocemos el porcentaje de unos y otros que se quedan o se marchan tras un tiempo. Eso no se sabe, pero igualmente no importan los motivos o el futuro de estas personas, con tal de que no vengan a traspasarnos sus problemas o a empeorar los nuestros. De verdad que a veces la ironía, me congela los dedos al teclear... 

Los que tienen ahora preocupada no sólo a Europa, sino también a parte de América, son los sirios. Los civiles huyen con desesperación de una guerra que no han querido ni han provocado, pero ningún país les quiere. Todos los políticos han destinado sus máximos esfuerzos a hablar del peligro que supone abrir las puertas de sus respectivos países a tal cantidad ingente de personas sin recursos y han tejido finamente el lienzo del miedo. Hace una semana recogí del periódico The Vancouver Sun la siguiente imagen:

Es una visión que duele, porque aquí hay un hombre sirio con una niña desesperado por entrar en Hungría y un nacionalista intentando que no entre. Tened en cuenta que el país ha recibido a más de 150 mil inmigrantes en lo que va de año, aunque no se especifican más datos. Ya no pueden seguir recibiendo más gente, pese a la valla con púas de 175 kilómetros que han construido. Otros países ya toman medidas para evitar la entrada de estas personas en sus fronteras. Pero imágenes hay muchas, más o menos punzantes, como la del sirio llevando en brazos a un pequeño niño en medio de una carretera bajo la incesante lluvia.

No soy capaz de transmitir la profunda tristeza que me inunda leer todos esos comentarios diciendo que las puertas del mundo se cierran para aquellas personas que tratan de salvar sus vidas y las de sus hijos. Y no se trata de demagogia. Es empatía. ¿Qué pasa si te pones en su lugar por un segundo? Lo que me enfurece es que nadie habla de lo poco que se está haciendo para evitar que deban salir de sus países. 

Alguna noticia hay que me llena de esperanza. El mundo no sólo consiste en interiorizar comentarios groseros, cubiertos de odio y con una falta de certeza que asombra. Es también aprovechar la grandeza del ser humano. Chris Friesen (Director of settlement services of Inmigrant Services Society of B.C.) comenta que están recibiendo e-mails y llamadas de personas interesadas en contribuir esponsorizando a refugiados o preguntando si pueden ayudar como voluntarios de alguna forma. La situación le recuerda a 1999 cuando miles de refugiados procedentes de Kosovo huían de la guerra.  
The Vancouver Sun (5 Sep, 2015)
Cada uno ha de sacar sus propias conclusiones. No soy capaz de ponerme en el pellejo de ningún refugiado, inmigrante o español con una historia tan increíble de concebir en nuestros tiempos, pero tampoco soy capaz de medir el dolor de cada uno y juzgar quien se merece más o menos. Mi vara de medir la mediocridad del mundo está perdida en alguna parte que desconozco. Sólo quiero que seamos capaces de pensar antes de odiar.

http://goo.gl/Y5Aa9D


martes, 25 de agosto de 2015

NESSUM DORMA



Muy a menudo me viene a la cabeza la potente voz de Luciano Pavarotti interpretando Nessun Dorma, aria del acto final de la ópera Turandot. Es la versión que escuchaba de manos de la insistencia de mi padre. De repente me siento como el príncipe Calaf mirando las estrellas y sonriendo al saberme vencedora de la prueba impuesta a Turandot o eso parece. Es apasionante ver cómo la música te transporta a otras épocas como si estuvieras en aquel coche, con el vello erizado y disfrutando de ese momento perfecto.

Esta pieza es muy conocida, aunque algunos todavía desconozcan la historia y por eso quería contarla. La fría y bella princesa china Turandot, que para vengar a su mancillada madre, reta a cualquier pretendiente de sangre real a responder tres adivinanzas:

1.- ¿Qué es lo que nace cada noche, muere cada amanecer para renacer en el corazón? 
2.- ¿Qué brilla, es ímpetu y ardor como una llama, pero no es fuego?  
3.- ¿Qué es como el hielo, pero te hace arder?

La historia se llena de intentos fallidos y cuellos seccionados, pues aquel que fracasase, perdería literalmente la cabeza. Pero entonces, llega el misterioso príncipe que acierta las tres adivinanzas y Turandot se niega a cumplir con el designio propuesto por ella misma, solicitando a su padre, el emperador de China, que no la entregue a aquel hombre. Ante tal situación y viendo sus intentos desesperados por no concluir la prueba, reta a la princesa a acertar su nombre antes del amanecer. Turandot, acepta el desafío y ordena: ¡Nessum Dorma! (nadie duerma) hasta que alguien le diga el nombre del desconocido.

*El príncipe desconocido
¡Que nadie duerma! ¡Que nadie duerma!
¡Tampoco tú, oh Princesa,
en tu fría estancia
miras las estrellas
que tiemblan de amor y de esperanza...!
¡Mas mi misterio está encerrado en mí!,
¡Mi nombre nadie lo sabrá! No, no
Sobre tu boca lo diré
(Puccini: Sólo cuando la luz brille)
Cuando la luz brille
(Puccini: ¡No, no, sobre tu boca lo diré!)
¡Y mi beso fulminará el silencio
que te hace mía!
Voces de mujeres
Su nombre nadie sabrá...
¡Y nosotras, ay, deberemos, morir, morir!
El príncipe desconocido
¡Disípate, oh noche! ¡Ocúltense, estrellas! ¡Ocúltense, estrellas!
¡Al alba venceré!
¡venceré! ¡venceré!




Os puedo confirmar que Calaf es el nombre del príncipe desconocido y que la respuesta a las preguntas anteriores son: 1.- esperanza, 2.- sangre y 3.- Turandot, el hielo que enciende tu llama. Sobre si la fría, cruel y bella princesa Turandot consiguió adivinar su nombre, me temo que no os puedo descifrar este pequeño enigma, pues Puccini dejó inconclusa la ópera. Cada uno ha de intuir el final...

Dedicada a Enrique de Andrés. Gracias por tu insistencia y constancia. No confundir con cabezonería. Señor, señor...