señor, señor

miércoles, 27 de marzo de 2024

PECES DE CIUDAD

Si la verdad tuviera voz, sería la de Sabina. Ronca, áspera y poética. Y lo digo escuchando Peces de Ciudad con la voz de Rozalen, que es pura dulzura. También la verdad es dulce en los labios del querer. Me ha llevado un tiempo tener tanto aprecio por la verdad, aunque a veces aún hoy la quiera vestir con la capa de invisibilidad. Es más cómodo en ocasiones.
 
No es un día especial y ni siquiera empecé a pensar en esto con el ánimo de hablar contigo. Hace tiempo que dejé de hablarte, porque no estás. Quizás escribo para recordar. Para sanar. Y esta vez en voz alta. Cuando te fuiste se quedaron muchos más recuerdos que guardar y conversaciones que tener; preguntas que hacer y respuestas que pensar. Hoy recordé que reposas en tu amada tierra. La de tu infancia. En ese lugar en el que paseábamos comentando la banalidad del mundo y en la que disfrutamos siempre. Para que tu recuerdo sepa a mar y huela a la felicidad de los días calurosos de vacaciones caminando frente al agua. 

Es curioso que la muerte te haga ver la vida con otros ojos. Y el tiempo. Ese que se pierde con detalles poco importantes, decíamos. Desde que no estás ha llovido un mar de dificultades, y también dudas, risas, alegrías, tristezas, añoranzas y aventuras nuevas. Emociones con las que lidiar de formas a veces duras. Es lo que tiene la vida ¿verdad? Equilibrar todo es una tarea ardua. Y ahora me doy más cuenta que nunca de la burbuja que creaste para que aquello no traspasase. Ha debido ser difícil ser el nexo de unión de todo, pero no te diste cuenta de que el agua, pese a estar calmada, no se sostiene cuando la presa desaparece. Ya sabes que siempre he querido la verdad de frente, porque es la mejor forma de enfrentarse a ella por dura que sea, pero a veces pienso que debe ser algo mío, porque no encuentro el espacio aquí. Contenerla o disfrazarla no crea herramientas para afrontarla. Y supongo que es lo que pasa. Que ahora en aguas turbulentas, pocos quieren mirar el fondo porque está demasiado turbio. Si no dejan de azotar el agua, no hay forma de verlo claro, y el gran inconveniente es que antes de que quedase empañado por dimes y diretes, lo vi tan nítido que aún duele.
 
La honestidad tiene su doble cara, pero la prefiero. A veces parece una misión suicida, pero para mi nunca lo fue. Y pienso en eso que tantas veces me decías: poner el corazón antes que la razón. A veces no conduce a buen puerto, porque crea la dificultad de tener que lidiar con que la razón sea tu "Pepito Grillo" diario. El mío no se calla. Y como decía Javier Megías en su blog "¿Por qué necesitas un "Pepito Grillo" en tu empresa?, tiene "licencia para disentir". Detener la realidad para que no ocurra, apartar las dificultades y sostenerlas detrás como si nunca hubiesen ocurrido, no es forma. Pero las cosas no se deben ver desde una sola perspectiva, así que me he convertido en río. Y discurro en todas sus etapas, con caminos tortuosos, verticales, calmados, o llenos de cantos rodados. 
 
Creo que aceptar los errores y afrontar la realidad con la crudeza que nos golpea, no es un rasgo distintivo acuñado en esta familia. Ni en muchas. Hablar del tiempo, del Real Madrid y divagar con toda suerte de temas anodinos, llenaba el ambiente pesado de cuestiones insustanciales, restando importancia a la situación. Y de alguna forma siempre he sentido que aquel no era el camino, y como guijarro incrustado en el calcetín, paseaba la cruda realidad ante los ojos ya irritados. No. No vale todo. Quizás por eso soy incómoda. Pero esa inconveniencia me ayuda a mantener los pies en el suelo.
 
La terquedad sí es nuestra insignia distintiva, pero también la tenacidad. Y las practico de forma habitual. Insisto. Y la insistencia también irrita. Así, con el ánimo irritado, la verdad en la mano, la insistencia desvaneciéndose, la palabra ya maltrecha, y el tiempo cobrando su deuda, se emborrona el sentido de todo. El enfado, deja paso a la frustración, después a la tristeza y en último caso llega el olvido. La ausencia de emociones impuesta. Lo demás se ha ido difuminando con el tiempo y el silencio. El tiempo es ese en el que no estás para pedirte consejo. El silencio es el que me incomoda, me vacía y el que no acierto a entender. No me vale hablar de las flores y las mariposas, del tiempo o el fútbol. Será que no soy como tú. Claro. Pero lo más importante: no se puede allanar un camino que está lleno de piedras con más piedras. Y sigo esperando a que venga el camión de arena. Esta vez no lo traigo yo. Si de algo estoy segura es de que no me corresponde.

Hace tiempo que dejé de sentir vergüenza y miedo a equivocarme (aunque cuesta) pese a que siempre he visto cómo se recogía y se hacía desaparecer lo incómodo en el rincón oscuro de "aquí no ha pasado nada". Como si fuera parte de un libro prohibido que se oculta en el sótano. Esconderlo no le quita protagonismo. No asumirlo tampoco lo hace invisible. Así que lo saco a pasear conmigo y le invito a marcharse tras una buena taza de café con un bizcocho de la próxima vez lo haré mejor. Cuesta, pero calla a mi Pepito Grillo. Y nadie es perfecto. Nadie. 
 
En casi toda familia hay un Prohibitorum. Un listado de libros prohibidos de los que no se debe hablar en público. Se esconde el malestar en el ático o sótano y se discute o habla sólo en petit comité. En algunos casos no llegamos a este punto. Lo clasificamos como libro herético para proteger la moral familiar y disfrutar de la aparente normalidad. El plan es fingir que aquí no ha pasado nada y seguimos con la nueva normalidad. Me hizo gracia ese concepto, porque para mi es antagónico. Lo normal es lo habitual. Si no es así, es otra situación que con el tiempo llega a normalizarse, pero ese tiempo impide que sea nueva. Pero aquí lo importante es que cuando las cosas se hacen mal, hay que reconocerlas, pedir disculpas y arreglarlo. Es lección básica que se enseña a los niños y niñas cuando hay algún conflicto. Parece que los adultos tienden a olvidarse de este principio. Tiran la piedra y esconden la mano. Algunas personas incluso van tejiendo una madeja de irrealidades para proteger su conciencia, su estatus o sacar partido de las cosas de otras personas. Y lo más interesante es que hablan con tal convicción sobre la falsedad, que se lo llegan a creer y hasta se compra su discurso y se cree a pies juntillas. Existe en muchas familias. Duele ver lo bien que les funciona la creación de realidades alternativas o echar la culpa hasta a su madre de sus propios actos.

Alguien me dijo que la familia es lo más importante y que los amigos van y vienen. No veo a las personas por estamentos sociales. Veo simplemente personas. Y los sentimientos se tienen hacia las personas, no hacia lo que representan socialmente. El amor, el cariño, la amistad, los vínculos, los recuerdos no se pueden borrar con cinta correctora, aunque el tiempo hace mella en todo. Estoy en la fase de tristeza. Se nota ¿verdad? Y posiblemente llegaré pronto al olvido.
 
Me gustaría escribirte una frase. De esas que te dejaba en la mesa de tu despacho para infundirte ánimos en tiempos turbulentos, pero no tiene sentido si no la vas a leer antes de ir a casa. Tengo la última. Esa que encontré doblada en tu cartera: "Para triunfar en la vida no es importante llegar el primero. Simplemente hay que llegar, levantándose cada vez que te caes en el camino". Me he levantado muchas veces. Y las que me quedan.
 
Qué curiosa es la vida. Es como el mar. La marea te trae diferentes y variadas cosas. A veces son olas muy grandes que te dejan la boca llena de arena. Sin habla y con mal sabor, te vas limpiando poco a poco. En otras ocasiones te trae piedras que hacen daño o de esas planas donde pintar paisajes o lanzar para ver las ondas formarse. Quizás tesoros que admirar o simplemente disfrutar con el sonido calmado de las olas haciéndote cosquillas en los pies. Somos peces de ciudad.

 
 
También es la gran enciclopedia del saber, pero pocas veces nos gusta abrir ciertos volúmenes. Los estoy abriendo, sí. Y cada vez estoy más convencida de que el mundo funcionaría mejor con empatía, honestidad y sentido común. Tres elementos tan escasos como necesarios.

Te quiero. Eso ya lo sabes. pero está bien que lo recuerde. Se dice poco y quizás ese sea otro dilema. Lo mucho que se odia y lo poco que se quiere. Quizás escribirte sea raro también, pero en mi rareza me siento cómoda. No lo voy a negar. Otro mal del mundo. No aceptar cómo somos, pero eso lo dejamos para otra ocasión ¿verdad? Hay cosas que no cambian y otras que se modifican para no volver. Besos.

domingo, 2 de julio de 2023

Y TÚ ¿QUÉ QUIERES?


 No es nuevo decir que los partidos políticos en época de elecciones se transforman en agencias de publicidad para sacar su producto mediante campañas de marketing. Se motivan en el hartazgo general y el cansancio hacia el gobierno de turno. Si se adereza con crisis económica, subida de precios, y se echa unas especias que no saben a nada, tenemos el producto transformado que es el que se compra. Con frases enlatadas y aderezos que el votante quiere oír, tienen el producto perfecto. Es muy importante hacer ver que eso es lo que interesa y no otra cosa, por eso se le dan nombres vestidos de banderas e himnos nacionales. El producto nacional siempre vende. Por el interés de todos. 

También es importante machacar el producto del contrincante normalmente con las llamadas "fake news", que aunque luego se sabe que no son verdad, hay algunos que ya la interiorizan y no aceptan otra cosa, aunque esa otra cosa sea la verdad.


Un albañil me dice que ha votado a Vox. Una ama de casa con un marido cobrando una pensión por incapacidad total, ha votado a Vox. Un pensionista que ha trabajado toda su vida y vivido en un barrio humilde, defiende al PP con Vox. Una trabajadora del hogar votó a Vox. Y así hay una larga lista. ¿Por qué votan en contra de sus intereses? Cuando preguntas la razón, normalmente se repiten frases escuchadas en entrevistas o discursos sobre lo mal que está la ciudadanía española, y lo bien que irá con ellos al frente. Por el bien de España y los españoles. Nada de programas políticos. Nada de concreciones.

No. No me gustaría un país sin diversidad ideológica. No me da miedo. Creo que es sano para todos tener partidos políticos que representen esa capacidad de pensar de diferente forma. Lo que no soporto es la mentira disfrazada de democracia. Por eso lamento que se esté negociando y blanqueando a Vox por unos pocos votos, a los que dejan carteras que para ellos no serán importantes, pero para mi sí lo son. Pero profundicemos en el porqué:

- No creen en el cambio climático, y España tiene acuerdos europeos e internacionales de lucha en contra. Y ya no hay duda de que existe y quién lo provoca ¿O no? Pues Iván Espinosa de los Monteros alega que el cambio climático no lo provoca el ser humano. Una de sus pautas es derogar la ley del cambio climático, impuesta según ellos por Europa, porque en realidad, como decíamos no existe tal cosa. Pero bueno, nos encontramos en Mallorca con un negacionista del cambio climático queriendo gestionar los problemas con el medio ambiente. Así es Vox.

-  En cuanto a la subida de las pensiones, de nuevo Iván Espinosa de los Monteros ha afirmado en campaña que "solo subirán las pensiones en tanto en cuanto vayamos reduciendo el gasto estructural, porque no podemos permitirnos seguir en un estado continuo de déficit" Mientras haya desequilibrios presupuestarios, que es lo previsible, los pensionistas perderán poder adquisitivo. Por eso no llego a entender como un pensionista medio, está interesado en un partido que no avala la subida de su pensión.

- Para ahorrar y sostener las pensiones, eso sí, proponen derogar el impuesto a las grandes fortunas, eliminar las autonomías, y aumentar la natalidad, sin acordar ninguna medida o ayuda al respecto. Ninguna mención a los pensionistas con menos ingresos. Un sin sentido.

- Se abstuvieron cuando se votó para reconocer el derecho a paro para las empleadas del hogar. Como si no tuvieran los mismos derechos que el resto de personas trabajadoras de este país. Por eso es incomprensible que una trabajadora del hogar vote a este partido. Está votando en su contra.

- También se posicionan en contra de la subida del salario mínimo interprofesional, haciendo comentarios como que "el establecimiento de un Salario Mínimo Interprofesional (SMI) es un absoluto fracaso". ¿Fracaso para quién? ¿Para el que cobraba 600€ por 8 horas de trabajo? La carencia del SMI aumentaría los casos de explotación laboral y la competitividad, como indica de nuevo el Sr. Espinosa de los Monteros, no fomenta altos sueldos. Trabajadores competitivos hay, lo que no hay son sueldos dignos sin el SMI. En esta legislatura, ha habido cuatro subidas del SMI hasta llegar a los 1.080€ en febrero de este año. Cualquier trabajador que se haya beneficiado de estas subidas ¿votaría a un partido que opina que esa subida es un fracaso?

- Para este partido no existe la violencia de género. El parlamento europeo tiene aprobada la inclusión de la violencia de género como eurodelito. En la votación, 12 eurodiputados del PP se abstuvieron y otro con Vox, votaron en contra. 427 votos a favor, 119 en contra y 140 abstenciones. Ni qué mencionar el Convenio de Estambul o Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra la mujer y la violencia doméstica. Supongo que nos sacarán de esos convenios. 

A colación, comentaré que en su programa electoral, mencionan como medida un recurso de inconstitucionalidad para la ley del aborto, pero no dicen que finalmente el Tribunal Constitucional avaló la ley. Sesgo. Juegan mucho con él.

- Atentan contra la libertad de expresión y ya prohíben obras de teatro, el estreno de la película Buzz Ligthyear (porque en una escena dos mujeres se dan un beso) o cantar en asturiano, como proponía la concejala de Vox en Gijón y que al final se ha quedado en dejar de contratar grupos que canten en asturiano. Lo mismo. Temas como la transexualidad, la homosexualidad o la memoria histórica, son vetados del panorama cultural por Vox. Hace poco me llegó una carta de un productor teatral denunciando el veto del Ayuntamiento de Valdemorillo (Madrid) al que ha sido sometida su compañía, que iba a representar la función de Orlando de Virginia Woolf. El gobierno es del PP, como precisaban de Vox, les dejaron la Concejalía de Cultura y Turismo del Ayuntamiento, entre otras. La cultura no aparece interesante cuando la ignorancia pesa.

Más de 100 funciones por toda España con muy buena acogida, acuerdo del gobierno saliente firmado, y veto ideológico de Vox, porque el protagonista pasa de ser un hombre a ser una mujer de manera figurativa y denuncia las diferencias que esto significa.

Cualquier persona que disfrute del teatro y la cultura, no votaría un partido que tiene tintes inquisitorios. La censura ha vuelto a este país de la mano de Vox y con la compañía inestimable del PP. Pero en su programa hacen una especial mención a defensa de la libertad de expresión, que luego no respetan, a no ser que opines lo mismo. Si te interesa saber qué se ha prohibido y el porqué, aquí puedes encontrar uno de los vídeos que lo explican: https://dai.ly/x8magba

- Se jactan de querer derogar la Ley de Memoria Democrática, que juzga crímenes de guerra como en otros países de Europa, pero en su programa político hablan de ensalzar las gestas y hazañas de sus héroes nacionales. Los de su bando.

- En su programa también dicen que van a ilegalizar partidos políticos, ONG´s, asociaciones, sindicatos, y todo lo que para ellos simbolice lo contrario a lo que piensan o sienten sobre su idea de lo que debe ser España.

- Acabar con las autonomías (protegidas por la Constitución, por cierto) con palabras inciertas como que están acabando con la unidad nacional, es otro de sus puntos.

Ahí lo tenéis. No es necesario que todo el mundo piense igual. No veto a Vox en sus discursos, y no deseo vivir en un país donde no se respete la diferencia. Lo que me parece una tragedia es que la gente no sepa ver a dónde nos lleva todo ésto. No sepan lo que están votando. Blanquean sus discursos sobre igualdad de congéneres, unidad patriótica, y atención a las diferencias por sexo, edad, raza u orientación sexual. Pero vetan obras teatrales por ideología; desfiles del orgullo gay por orientación sexual; cierre de mezquitas que consideren fundamentalistas; hablan de presencia policial en todas las calles y barrios de España (ya sabéis a qué me recuerda ésto en particular) para que no se imponga la ley islámica. Como si las mezquitas y la religión que profesan fuese persé un peligro nacional.

Curioso que quieren derogar también la ley de eutanasia, la ley del cambio climático, la reforma laboral, el impuesto a las grandes fortunas (que van a dejar de contribuir más pudiendo), la reforma de las pensiones (pese al aval de la UE), la ley del aborto (pese a que la avala el Tribunal Constitucional) y la ley de dependencia, entre otras. Curioso también que Vox hable sobre la familia y mencionen la derogación de la que llaman "Ley Herodes". Supongo que se referirán a la "Ley Rhodes", de protección a la infancia frente a la violencia, que una de las cosas que hace es ampliar el plazo para iniciar la prescripción de los delitos graves hasta que la víctima cumpla 35 años para evitar que los casos queden impunes. 

A poco que se analice, se ve el doble rasero de medir según qué cosas. Pero no nos invade el espíritu analítico y tragamos. Y vemos la pobre España agredida y a nuestros salvadores patrióticos. Como si el resto que no opinamos igual, no tuviésemos sentimientos patrióticos arraigados. La bandera y el himno no pertenecen a la ultraderecha. Pertenecen a los españoles, que son de muchas clases, religiones, rasgos, etnias, lenguajes, pensamientos, sexualidad... España no necesita un partido que la defienda. España es de todos y no de unos pocos.

Hace unos años hice ya un análisis de las "100 medidas urgentes" del programa de Vox cuando saltó a la palestra. Ya llamé la atención sobre algunas de esas medidas, pero me permito repetirlas, porque ahí dejaron su huella ideológica. Hay que saber qué se vota antes de votar. Hablaban de eliminar el acceso gratuito a la sanidad de inmigrantes, con lo que para los sanitarios supone este punto. El juramento hipocrático hace que esta afirmación sea contraria a su dedicación de velar por la salud de los pacientes (sin limitación social) y guardar el respeto a la vida y la dignidad humana. Muchos médicos me comentaron la angustia que les supondría negar la atención médica a quién la necesita. Los inmigrantes que lleven residiendo legalmente menos de 10 años, tendrían un copago. Y si no lo pueden pagar, pues no tienen sanidad.

Seguimos con el permitir el uso de la fuerza para defender el hogar, como si esto fuera otro país en el que se puede sacar la pistola y matar si te parece o con la excusa de que pensabas que alguien intentaba entrar. Vamos con la supresión del aborto, o del espacio Schengen, situándonos prácticamente fuera de Europa; levantar un muro en Ceuta y Melilla a lo Trump... 

¿Por qué las personas votan en contra de sus intereses? Porque piensan que votan protegiendo sus valores nacionales. Salvar a España de un gobierno nocivo se convierte en el paradigma de cualquier ciudadano. Se olvidan los intereses de todos, de los propios; se dejan a un lado las libertades y los derechos de todos; nos convertimos en caníbales buscando salvar a un país que no necesita ser salvado. 

Desde la muerte de Franco y la llegada de la dictadura, se han repartido el pastel político dos partidos: PP y PSOE. Últimamente, han entrado a gobernar con otros partidos y que yo sepa, desde el análisis más evidente, no se ha roto España, no está en peligro la democracia, la bandera, el himno, ni los españoles. Pueden gustarte o no las medidas tomadas. Pueden resultarte erradas algunas leyes o intervenciones hechas por el gobierno actual (y por el anterior, el anterior y el anterior), pero desde el punto de vista democrático, no se ha hecho nada fuera del ámbito constitucional.

Así que, pensemos antes de votar lo que queremos ser. No entremos en discursos baratos sobre el bien nacional, que es evidente que queremos todos, y pensemos en nuestros intereses. 

No quiero un país que vete ideas y pensamientos. No deseo vivir en un país que no quiere proteger a los ciudadanos más sensibles. No pretendo negar el derecho a la dependencia, a morir con dignidad, a abortar, a hablar una lengua autonómica, a asistir a un inmigrante. No me gusta pensar en un país donde no se defienden los intereses de las mujeres y el sufrimiento de muchas por serlo. Quiero que se suban las pensiones, el salario mínimo interprofesional, que se apueste por la ciencia, que se invierta en educación y sanidad pública, y quiero hacerlo en libertad. Y tú ¿qué quieres?